Un reloj de arena mide el paso de unos pocos minutos u horas, dependiendo el modelo. Tiene varios bulbos de vidrio verticales conectados permitiendo un goteo regular de material desde la parte superior a la parte inferior. Una vez que la ampolleta superior está vacía, puede ser invertido para empezar a cronometrar de nuevo. Factores que influyen en el tiempo medido incluyen la cantidad de arena, el tamaño del bulbo, la anchura del cuello, y la calidad de la arena.